Fecha:
16 y 17 de Febrero
Distancia:
16 km y 9 km respectivamente
Tipo:
Circular (con una noche de pernoctación)
Dificultad:
Muy alta
Son
las 4 de la mañana y nos quedan 190 Km de carretera para situarnos en el inicio
de ruta, que no es otro que el pueblo alpujarreño de Trevélez, situado a una
altitud de 1.476 msnm, y atravesando algunas localidades de la Alpujarra
granadina, como Pampaneira, Pórtugos o Busquístar.
El
municipio de Trevélez tiene fama por la calidad de su jamón, donde su clima hace de éste un lugar perfecto
para que se curen de manera natural.
Además de Trevélez, la denominación de origen I.G.P. Jamón de
Trevélez comprende los
municipios de Juviles, Busquístar,
Pórtugos,
La Taha,
Bubión,
Capileira
y Bérchules.
Además
de esto, el municipio de Trevélez es ideal para realizar paseos y contemplar la
típica arquitectura alpujarreña, con sus casas de piedras y tejados de pizarra,
además de sus fuentes y lavaderos tradicionales.
Son las 7 de la mañana, y el coche marca unos agradables 6ºC de temperatura. Por si fuera poco, está lloviendo. Tras equiparnos convenientemente y con nuestras linternas frontales encendidas, iniciamos nuestra ruta en dirección al Molino Altero, para posteriormente dejar el núcleo urbano y continuar hacia la zona de La Campiñuela.
Por medio de un sendero embarrado, y cruzando diversas angarillas, iniciamos la subida de forma suave pero continua, manteniendo siempre el Río Trevélez a nuestra derecha. El viento empieza a arreciar y lo que al principio comenzó con lluvia, se convierte en una nieve fina que no cuaja y que nos va golpeando en la cara como si de alfileres se tratara hasta posteriormente convertirse en una auténtica nevada. En cuestión de minutos un manto blanco cubre toda la zona.
Pasados los Cortijos de Piedra Redonda, a una hora aproximada de recorrido, encontramos un cruce. Tomaremos la vereda de la izquierda que asciende en dirección oeste hacia un peñón. En esta zona podemos hacer un descanso y disfrutar la panorámica del Valle del Río Trevélez, el único valle de Sierra Nevada que se mantiene salvaje, sin pistas ni carriles. Frente a nosotros, al otro lado del río está la loma del Peñabón y Piedra Ventana, que separa los valles de Trevélez y Bérchules.
Situado a 2.400 m de altitud, la zona de al Campiñuela supone el límite altitudinal donde el arbolado da paso a una vegetación de porte almohadillado, el piornal, y a pastizales y borreguiles en las proximidades de las curvas de agua. Enclavado en la alta montaña y compartiendo territorio con especies endémicas como la tiraña o la estrella de las nieves, un antiguo cortijo nos revela el uso agrícola y ganadero de esta zona, solo posible en la vertiente sur de Sierra Nevada.
Tiraña |
Estrella de Las Nieves |
A medida que vamos subiendo hacia el Vertedero, por la loma del Río Culo Perro, comprobamos con la ventisca es cada vez más fuerte, lo impide que podamos disfrutar al 100% de la jornada.
La niebla y los materiales que arrastra la ventisca hacen cada vez más complicado poder avanzar, por lo que una vez llegados a la Laguna Hondera, optamos por tomar dirección SO (sin perder altura) cruzando la Loma del Mulhacén y descendiendo por su cara Oeste, atravesando la pista forestal que sube al Veleta. La visibilidad es nula durante un buen rato, hasta que de repente y durante un breve periodo de tiempo la nube se abre permitiéndonos encontrar el Refugio de Poqueira.
Refugio de Poqueira, a 2500 msnm
Una vez hospedados en el Refugio, y tras la ducha calentita obligatoria, nos tomamos algo calentito en el salón principal, mientras pasamos la tarde jugando al parchís junto a la chimenea. La cena se sirve a las 19.30 horas.
El Refugio de Poqueira fue inaugurado en marzo de 1.997 y está distribuido en dos plantas, con capacidad para 85 personas.
Amanece un nuevo día ( 17 de Febrero) claro y despejado, que hubiésemos deseado haber tenido en la jornada anterior y aprovechar mas la jornada… aunque pronto vemos que meteorología empieza a cambiar para tornarse nuevamente en otro día igual que el anterior.
Es por ello por lo que optamos por desayunar tranquilos y hacer “la maleta”, para tomar el camino de vuelta hacia el coche, esta vez por el Alto del Chorrillo.
Las vistas son espectaculares hacia la zona del Veleta y Cerro de los Machos
Conforme nos acercamos al Alto del Chorrillo, a unos 3,5 km del Refugio, comprobamos la cantidad de hielo que hay en la zona, imposible de atravesarse si no se va mínimamente equipado con crampones y piolet.
Alto del Chorrillo |
Dede aquí tomamos el Sendero Local A-81 que en unas tres horas aproximadamente nos llevará hasta Trevélez.
Por el camino, algunas cabras monteses.
Ya en la
parte más baja del sendero comenzamos nuevamente a ver algunos antiguos
cortijos de piedra los cuales eran únicamente utilizados durante los meses de
abril a octubre, cuando la retirada de la nieve permitía a las familias subir a
la Sierra.
Las eras
eran superficies planas y redondas destinadas en esta zona a la trilla del
centeno. Se situaban siempre en lugares bien aireados, para que el viento
facilitara la separación del grano y la paja.
También
divisamos los bancales de cultivo, que eran construidos para retener la tierra
y el agua se sembraban con centeno, cereal que resiste el frío mucho mejor que
el trigo. Se aprovechaba para grano y como planta forrajera.
Nos
encontramos en una zona de ganadería extensiva. Antes de la siembra se hacía
pastar al rebaño por todo el territorio para que sus excrementos abonasen el
terreno.
Así
llegamos hasta uno de las pistas que llevan a estos minifundios para en breve
adentrarnos en Trevélez, por Calle Charquillo
Contemplando
el paisaje típico de los pueblos de la Alpujarra, con sus casas de piedra
encaladas, y su cortinilla a la entrada de la casa hasta llegar al coche,
completando la ruta con estos 9 Km que separan aproximadamente Trevélez del
Alto del Chorrillo.
Ascensión en azul y descenso en naranja |
Una ruta memorable y una magnifica compañía con mis dos sherpas y amigos: Jose Manuel y Francisco Bonilla.
Realmente espectacular Antonio:
ResponderEliminarUna auténtica maravilla de ruta. Imagino que en tales condiciones el intento de hacer cumbre al Mulhacén (y mucho menos al Alcazaba) sería menos que una temeridad con fuertes vientos y ventiscas, hicísteis bhien llegando hasta Siete lagunas. Un auténtico rutón en cualquier caso donde la Naturaleza nos muestra una de las caras mas salvajes de toda la Península Ibérica.
¡Enhorabuena a para ese pedazo de Locomotora, mas activo que núnca!.
El Comandante.
muchas gracias Juani. La verdad es que la meteo no acompañó. Ya tenemos excusa para repetir!
ResponderEliminar