Travesía del Genal 2014. Cartajima, Pujerra, Igualeja,
Cartajima.
Distancia: 23 km
Tipo: Circular
Dificultad: Alta
Como no podía ser de otro modo, un año más y ya van tres
consecutivos, realizamos la travesía valle del Genal, en esta ocasión
haciéndole un homenaje los socios de la Asociación de senderismo Comando
Preston, a Don Valentín García Vioque, el Rey de la Montaña. Y lo hacemos como
viene siendo habitual, durante el mes de Noviembre, época conocida como la
Primara de Cobre, por las mil tonalidades que adquiere el castañar en esta
época, si bien es cierto que este año, parece que se ha retrasado un poco.
Para realizar esta ruta circular, partimos desde la
localidad de Cartajima, donde dejamos los coches. Es Cartajima, junto con
Igualeja, Parauta, Pujerra, Juzcar, Faraján y Alpandeire, los pueblos que
constituyen el llamado Alto Genal, mientras que el Bajo Genal lo forman
Atajate, Belauría, Benadalid, Algatocín, Gaucín, Benarabá, Jubrique y
Genalguacil.
Desde el aparcamiento, Junto al centro de interpretación de
Los Riscos de Cartajima, tomamos dirección al pueblo, tomando la primera calle
que suavemente se desvía hacia la izquierda.
Cartajima conserva la trama islámica de sus calles estrechas
y sinuosas, aunque también presenta algunas casas con fachadas de
estilodieciochesco, construidas por la bonanza de la época, ocasionada
principalmente por la prosperidad de la vid, y la extracción de mineral de
hierro, que abastecía la industria de
cañones de Jimena de la Frontera. Fue tal su crecimiento demográfico en esta
época que a Cartajima se la llamó “Cadiz el Chico”
Al poco rato de andar por entre sus calles, nos encontramos
con la enorme escalinata que da paso a la Iglesia del pueblo, en honor a la
Virgen del Rosario, construida en el siglo XVI tras la caída de Ronda, y la conquista cristiana de la serranía.
Pasamos por delante del Ayuntamiento, para posteriormente
girar a la izquierda descendiendo suavemente y dejar atrás el casco urbano;
Aquí el camino se ramifica en tres; nosotros tomamos el del
centro, pasando por delante de una explotación ganadera (a nuestra derecha).
Giramos la vista atrás una vez más, contemplando una
preciosa estampa de Cartajima con el Armola detrás.
A los pocos metros veremos un sendero a nuestra izquierda,
que comienza en unas pequeñas escaleras, que será el que tomaremos para bajar
hasta el cauce del río.
Cada momento se convierte en una postal. Qué difícil es
después seleccionar las fotos para este blog.
El camino discurre entre castaños, mientras que a lo lejos,
en la otra cara de la ladera, se vislumbre Pujerra en la distancia.
Por el camino abundan los alcornoques y también los zumaqueros,
además por supuesto de los castaños, hasta que llegamos al río (la zona previa
que enlace nuestro sendero con el puente está adoquinada)
Inmediatamente tras cruzar el puente tomamos el estrecho sendero
que parte por su margen izquierda, y que asciende vertiginosamente para
llevarnos a Pujerra. Por el camino,
disfrutamos de la compañía de nuestro amigo Pepe Guerrero y sus clases
magistrales de geobotánica, en esta ocasión identificando a una salvia.
El desnivel es importante, aunque intentamos hacerlo un poco
más ameno disfrutando de los helechos, musgos, y otro tipo arboles como
nogales, madroños y durillos.
Hasta que llegamos al Mirador de la Cruz, también llamado
Mirador del Castañar, ya en la parte baja de Pujerra, y donde se coloca una
placa en homenaje a Valentín. Desde aquí
sale otro camino que desciendo hacia Igualeja, aunque nosotros lo dejaremos
para otra ocasión futura.
Los valores del
castañar son indiscutibles, tanto desde el punto de vista paisajístico
como soporte de numerosos oficios y tradiciones, como producto alimentario, y
cuando los castaños pintan de amarillo y ocres el paisaje, como atracción para
un turismo que gusta disfrutar del placer de los sentidos y del contacto con la
naturaleza. Afortunadamente, quedan lejos los tiempos en que la castaña
distraía el hambre y se la conocía como “el pan de los pobres”
En la actualidad existen cerca de 4.000 hectáreas de
castañar en todo el Valle del Genal, ocupando las laderas de suelos ácidos
orientadas al norte, donde se conserva la humedad.
Atravesamos Pujerra de Norte a Sur, pasando por su “Iglesia
del Espiritu Santo”
Y nos adentramos por la parte superior de Pujerra en un
nuevo castañar, que comienza con una suave pero continua pendiente, por el
conocido Camino de Estepona.
En lo alto del puerto, nos encontraremos con una torreta de
Alta Tensión; es aquí donde dejaremos el camino que traíamos para tomar un
sendero que asciende por la izquierda, justo a la altura de la torreta, señalizado con unas balizas verdes “V.P” (vía
pecuaria)
Al poco de caminar, llegaremos a una bifurcación con un
pequeño castaño en medio; aquí tomaremos a la derecha, que nos llevará a la
carretera que une el Puerto del Madroño con la cooperativa de castañas de
Pujerra.
Ya en la citada carretera, continuaremos durante un pequeño
tramo dirección al Puerto del Madroño, para posteriormente tomar un nuevo
camino (ya sin asfaltar) que sale a nuestra izquierda, con un portón en su
inicio, donde tomaremos primero a la izquierda y después a la derecha.
Y poco más se puede añadir. Cada rincón es digno de
fotografía, fotografía que nunca hace honor a los colores que se perciben
realmente en cada momento. Aquí algunas de ellas, y es que es imposible saber
elegir con cual quedarse y con cual no.
El castañar en esta zona es espectacular, si bien es cierto
que la enorme caída por nuestro margen derecho supone hacerlo poco recomendable
para hacerlo con niños pequeños.
Y En la otra margen
del valle nos espera pacientemente Igualeja.
Y así dejamos el
carril y salimos a la carretera, donde tomamos a la derecha, en dirección a
Igualeja (este tramo por carretera)
Llegamos a Igualeja y nos dirijimos a la parte baja de ésta,
para tomar el sendero que nos llevará (otra vez en subida y después bajando) a
Cartajima.
Esta vez entre chumberas, olivares y algún que otro viñedo.
Al subir el puerto, encontramos una viñedo a nuestra derecha; aquí tomamos a la
derecha, continuando una pequeña subida mas antes de descender.
El sendero en algunos tramos aparece hormigonado; no es por
otro motivo que el poder facilitar la retirada de la castaña de las fincas.
Nuevamente vemos a nuestro siguiente pueblo al otro lado del
río, esta vez Cartajima. Toca pues, volver a bajar, cruzar el río y subir,
pasando junto al “Castaño Arenas” al lado derecho del camino, en los metros previos al fin de etapa, Cartajima.
El fin de la recogida de castañas en noviembre, da paso a
los tradicionales tostones, donde se asan castañas acompañadas de anís,
aguardientes y licores autóctonos. Fiestas que congregan a vecinos y no pocos
visitantes.
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