LA PROCESIONARIA DEL PINO





LA PROCESIONARIA DEL PINO

Marzo 2017

La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) es una especie de lepidóptero que abunda en los bosques de pinos, y que es fácil de ver estos días en las sierras de nuestro entorno, con la subida generalizada de las temperaturas. La “Procesionaria del pino” es la plaga más importante de los pinares mediterráneos. Debe su nombre de “Procesionaria” a que se desplaza en grupo de forma alineada, a modo de procesión.


La proliferación de esta oruga en los últimos cuarenta años se ha visto favorecida sobre todo al calentamiento, ya que se trata de un insecto que huye de los niveles elevados de humedad.
De hecho, las larvas aparecen durante el primer cuatrimestre del año, entre enero y abril, como ocurre en estos días, cuando las temperaturas medias empiezan a subir tras el invierno.

Los árboles que albergan las larvas de oruga procesionaria también suelen resultar dañados por su presencia ya que durante esta fase el insecto necesita alimentarse de las acículas de los pinos para crecer, sin llegar a matar al árbol, aunque las defoliaciones que producen son aparentes en muchas ocasiones. Aun así, difícilmente pueden llegar a constituir una plaga forestal.
De hecho, en el entorno natural, la procesionaria cumple una labor fundamental, que aún es desconocida por el gran público. Al igual que ocurre con los perforadores -otro conocido insecto que ataca a los pinos-, procesionaria es una especie endémica de los pinares y ha evolucionado con ellos. En los bosques de pino carrasco (Pinus halepensis) es el mayor consumidor de acículas. Es, por tanto, el principal productor secundario de los pinares, ya que muy pocas especies son capaces de ingerirlas en las cantidades en que lo hace la procesionaria", alega en su defensa. La relevancia de este hecho, argumenta, es que las acículas se degradan muy mal en estos suelos. Pero cuando la procesionaria se las come, "genera una gran cantidad de excremento rico en nitrógeno y con más humedad que la hoja seca, y es por lo tanto otro elemento importante en el ciclo de la materia y la energía. Y además a muy bajo coste ya que nunca mata a los árboles.
Estas orugas (en fase de larva) están cubiertas de pelos urticantes que se desprenden y flotan en el aire, por lo que pueden provocarnos irritación en los oídos, nariz, así como fuertes reacciones alérgicas, mientras que para los niños y nuestras mascotas suponen un auténtico peligro, por lo que se recomienda evitar el contacto con estos insectos a toda costa.


Cuando alguien entra en contacto con el insecto, lo primero que hay que hacer es lavar de forma enérgica con agua y jabón, para retirar los pelos del insecto que pueden haber quedado pegados. Posteriormente, se atenderá en función de la zona donde entre en contacto y de la severidad del cuadro clínico. Los casos leves se tratarán con una crema con corticoide tópico.

Son especialmente los perros y gatos los más vulnerables. Para ellos, el contacto con estas orugas puede ser mortal, por lo que es muy importante reaccionar a tiempo. La reacción tras el contacto con la procesionaria del pino es inmediata: se produce hipersalivación, se inflama la lengua y aparece una coloración roja o amoratada, aparecen ampollas con líquido y úlceras que pueden producir pérdidas de alguna parte de la lengua.
Si tu perro olisquea o, peor, lame a una de estas orugas debes llevarle inmediatamente al veterinario para que puedan darle un tratamiento con corticoides de acción rápida y antihistamínicos, generalmente administrados por vía intravenosa, para disminuir la gravedad de sus lesiones; si no es posible, lavar la zona con agua para diluir el tóxico. De lo contrario,  el resultado puede ser desde la necrosis de parte de la lengua a la muerte: si la infección llega a la laringe puede morirse por asfixia.


 
Los individuos adultos en forma de mariposas se aparean en verano; son poco conocidas porque solo viven 24 horas. Tienen hábitos exclusivamente nocturnos, por lo que evitan en gran medida su depredación por las aves diurnas. Su color parduzco las hace confundirse con el medio en que viven y se hacen invisibles a sus depredadores. La hembra pone sus huevos sobre las copas de los árboles, formando puestas muy características en forma de espiral alrededor de una o dos acículas. Entre 30 y 40 días después nacen las orugas (generalmente en los meses de septiembre-octubre), que pasarán por cinco estados larvarios que en zonas frías pueden llegar a durar hasta ocho o nueve meses.


Está comprobado que es siempre una hembra la que guía la procesión. Esto no es más que un mecanismo de defensa contra los pájaros, que desde el cielo lo único que ven es algo alargado que confunden con ramas. Tras su paseo, se enrollan para no dejar ninguna cabeza al descubierto y finalmente se entierran en el suelo, donde pasan a la fase de pupa o crisálida. En verano las crisálidas hacen eclosión, y surgen las mariposas cuyo periodo de vida es muy corto (entre uno y dos días), que se aparean, comenzando de nuevo el ciclo. Es en esta última fase del ciclo donde las trampas de feromonas son efectivas.

Para controlar las poblaciones de esta especie se utilizan medios físicos, químicos y biológicos. Los medios físicos pasan por la eliminación de los bolsones, cuando las orugas están dentro, estos se cortan, apilan e incineran destruyendo las poblaciones larvales. En el pasado se disparaba contra los bolsones (Sólo se disparaba a los de la guía principal porque era un método muy caro, los demás bolsones se cortaban y quemaban en lugares donde las larvas no pudieran enterrarse. Se les disparaba desde abajo hacia arriba colocando la escopeta en dirección paralela al tronco para no dañar a la guía utilizando cartuchos de perdigones muy pequeños llamados mostacilla). La lucha química consiste en la fumigación con insecticidas autorizados (piretroides e inhibidores de quitina y Bacillus thuringiensis), deben aplicarse sobre las fases larvarias en los primeros estadios de desarrollo, antes que desarrollen los pelos urticantes de tercer estadio. Pueden aplicarse utilizando medios terrestres. Hasta el 15 de septiembre de 2012 se utilizaban los medios aéreos, pero estos han sido prohibidos en la U.E., y en España desde esa fecha, tras la publicación del Real Decreto 1311/2012, de 14 de septiembre, por el que se establece el marco de actuación para conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios.
Los insectos enemigos de la procesionaria son las hormigas, avispas y chicharras, éstas últimas se comen los huevos. Como mamíferos destacamos el lirón careto y el murciélago, el cual es un predador de las mariposas en verano, aunque bien es cierto que la mayoría de veces es repelido por el importante poder urticante de los largos pelos de sus orugas.


Entre las aves insectívoras hay grupos especializados en la búsqueda y captura de gusanos y orugas y, de ellos, determinadas especies se atreven incluso con las orugas de procesionaria. los Pájaros más valientes de pequeño tamaño son el Carboreno común (Parus major), es el mas activo y atrapa a las orugas mientras como entre las hojas de los pinos e incluso abre las bolsas con lo que pueden llegar otros mas pequeños, como el Herrerillo (Cyanites caeruleus); el Cuco (Cuculus canorus) es otro pequeño depredador. Cuando ésta se entierra el Mirlo ( Turdus merula), en muchas zonas conocido como Tordo, rastrea los suelos para localizar y extraer orugas ocultas. Otro depredador es la Abubilla (upupa epops) un ave magnífica, con alas y cola blanquinegras, un pico largo  y fino, y su característica cresta.


En cualquier caso, mucha precación estos días al salir al bosque, sobre todo con niños o mascotas..