CANILLAS DE ACEITUNO – PEÑON GRANDE – LA RABITA – EL SALTILLO



Localidad de referencia: Canillas de Aceituno

Fecha: 7 de Diciembre de 2019

Distancia: 14 km

Tipo: Circular

Dificultad: Baja - Media

Para la ruta escogida este día debemos dirigirnos al axárquico pueblo de Canillas de Aceituno, en la ladera sur del Parque Natural de Sierra Tejeda, Almijara y Alhama.

Con una población de 1600 habitantes aproximadamente, Canillas de Aceituno fue poblada desde la colonización romana, cuando ya se extraía oro de las minas de La Rábita. Su nombre primitivo fue “Caniles” que procede del árabe y significa minas o galerías; posteriormente recibe el sobrenombre de “acceitun” que significa aceite, haciendo referencia a sus tierras pobladas de olivares.

Panorámica de Canillas de Aceituno


Una vez que dejamos el coche junto a la venta La Maroma, comenzamos la aventura de hoy desde las mismas escaleras en el pueblo que conducen a la Maroma, a 2.066 msnm. Pero hoy el objetivo será otro, que es poder disfrutar de las vistas desde el Peñón Grande, el cual ya divisamos como primer hito de la jornada.

Peñón Grande




Canillas de Aceituno, desde el Mirador de los Castillejos
Desde la parte alta de las escaleras, continuamos a la izquierda por el Camino de la Alcobilla, el cual dejaremos pasados unos 500 metros aproximadamente, para atajar distancia por medio de senderos que continúan cercanos al camino; la subida hacia el Peñón Grande o Peña Grande se realiza por la ladera de La Alcobilla, la cual empieza a reverdecer tras el devastador incendio del año 2012.






Para acceder al Peñón Grande, la mejor opción es rodearla por la izquierda; de este modo volveremos a enlazar con el Camino de la Alcobilla hasta el cruce señalizado que se desvía a La Maroma y desde este punto tomar el sendero que parte a la derecha y que nos subirá de forma acelerada hacia El Peñón Grande (1168 msn)







Panorámica de Sierra Tejeda
La ubicación del pueblo ofrece unas vistas espectaculares. El balcón natural al que se asoman las casas de los canilleros, permite divisar desde su parte más alta una parte importe de La Axarquía: desde el Boquete de Zafarraya al norte, Periana, el pantano de la Viñuela, Comares, Cútar, Benamocarra,etc… hasta llegar al mar. Al Oeste también divisamos la Peña Negra y zona del Morrón de Gragea, Enebral y Realengo, donde estuvimos la semana anterior, (véase crónica anterior)

Tras el avituallamiento de la cima, retornamos sobre nuestros pasos para continuar por el Collado de la Rábita, hasta llegar a la Fuente de la Rábita, por desgracia sin agua en este día, junto a la Cueva del mismo nombre, usada en su día por los pastores como refugio.

Cueva de La Rábita


Desde aquí continuamos bajando por el Cerro de Juan Zamora, hasta llegar a los Pechos del Campanario, y que nos llevará directos a la Garganta del río Almanchares.







Es aquí, junto a una casetilla de reciente construcción donde tomamos a nuestra izquierda, en sentido ascendente, por la antigua acequia del El Saltillo, ahora en su mayor parte entubada, para llegar así a la primera pasarela recién instalada; estamos en la Colada Chica, el primer andén del llamado “Caminito de la Axarquía” (en alusión al Caminito del Rey) a unos 150 metros por encima de las aguas del río Almanchares.

Garganta del río Almanchares




Seguidamente, llegamos a la segunda pasarela, La Colada Grande, y que dejaremos atrás para seguir junto a la gran “serpiente de polietileno” hasta el final de la ruta de El Saltillo.



Viburnum tinus (durillo)


A pesar de no haber llovido mucho, y la nieve tampoco haber hecho acto de presencia en estas fechas en las que estamos, el río baja con un caudal aceptable, formando evocadoras cascadas de agua y cristalinas marmitas de agua.




Río Almanchares a la altura de El Saltillo




Nubes amenazantes nos invitan a iniciar la vuelta de nuevo por las pasarelas, llegando otra vez a la casetilla anterior, la cual parece servir para descalcificar el agua. En este punto la moderna tubería vuelve a convertirse en la antigua y cantarina acequia, pasando por las cercanías de un cortijo abandonado, y que nos llevará hasta el Albercón, que distribuye el agua a los campos de cultivo.

Pasarelas sobre el Almanchares






El Albercón


Desde aquí continuaremos por la acequia que nos lleva de vuelta a las escaleras iniciales, en el mismo casco urbano, donde la brisa de Canillas nos susurra los quejios y coplillas de cantaores en la calle, que parecen sacados de épocas antañas en las que  nadie sabía aún lo que era internet, y los vecinos en la calle hacían vecindad…









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